Lentamente se detuvo el bullicio interno.
Fueron quedando ojos abiertos y espectantes,
los oìdos se tornaron màs atentos;
eran otras voces las que hablaban,
otros mundos los que sus ventanas abrìan.
El silencio es menester se dijo,
es preciso oir.El alma empuja;
el hambre interiorescarba los caminos,
¿Espìritu y destino son una misma cosa?
... Y la sed se deposita y crece como el musgo.
¡Ansias!, ansias de ahondar en lo escondido,
es la hora precisa, ya llegò el momento.
Esculpiò en la roca del pensamiento
y encontrò lo que staba dormido para èl
su alma ha ido cambiando, es ahora;
un fuego que arde y sondea los misterios;
en su propia sangre, en su travesìa,
en el misterio de cada dìa que hace...
...Pero la vida continùa
y es preciso apagar la hoguera
para seguir la marcha.
El silencio es amigo de tierras lejanas,
y aquì solo ha quedado lo cotidiano,
lo mundano, lo que no se puede evitar:
la comida, las fecas, el estudio;
¿Y el proceso se detiene?
¡Quizàs no! Todo es parte de la travesìa,
Cada cosa es necesaria; cada tropiezo,
los pequeños èxitos y fracasos. Todo.
¡Espìritu y destino son una misma cosa!
Es hora de apagar las luces y dormir
incluso el descanso es necesario en estas latitudes
es necesario, el alma tambièn suda y se cansa.
Es hora de irnos al mundo, somos parte de èl,
quizàs alguien nos extraña y es hora de volver;
y allì nos encontraràn por varios dìas,
hasta que el aluviòn de sucesos amaine...
Calma, serena calma
las ventoleras pasan, como todo.
Ahora el vuelo es màs alto, siempre es asì.
Ningùn hombre vuelve a su niñez. No es necesario.
Mientras el àrbol crece van naciendo semillas
eso es lo que cuenta al fin.
Despuès de haber vencido una cumbre,
ya no bastarà, sino, una màs grande,
y cuando las hayas vencido todas,
entonces, tus ojos buscaràn otras sendas
y cuando hayas cumplido tu travesìa,
entonces se cerraràn tus ojos
y se abriràn en otro mundo necesario,
y volveràs a ser un àrbol en ese mundo;
pero tus semillas tendràn diferentes formas.
Ahora el vuelo es màs alto:
aùn estamos aquì.
Nuestros vuelos menores van dando forma
a las figuras que encontramos màs arriba.
Es necesario en la vida mover las alas
para aprender a volar; esa es la ley,
y son necesarios los planeos menores
para alcanzar la ruta del viento,
la ruta que nos acerca a nosotros mismos
y que està dormida en nuestros silencios.
